EL VALOR DE LA INFORMACIÓN EN LA GESTIÓN PÚBLICA

EL VALOR DE LA INFORMACIÓN EN LA GESTIÓN PÚBLICA

EL VALOR DE LA INFORMACIÓN EN LA GESTIÓN PÚBLICA

El presente artículo, es escrito en base a una experiencia concreta dentro de la Gestión pública estatal. Luis Alemán comparte una reflexión importante en el marco de la horizontalidad, gestión pública - sociedad civil, en base a la premisa de brindar y transmitir información real, de manera clara y oportuna, en los diferentes niveles de gestión estatal y en los diferentes sectores de la sociedad. Acciones que suponen un costo importante de oportunidad y recursos que permiten grados de legitimidad necesaria para alcanzar transformaciones que la población requiere y demanda.


 EL VALOR DE LA INFORMACIÓN EN LA GESTIÓN PÚBLICA

 
Hace un tiempo, un gobernador de los Estados Unidos, dirigiéndose a sus colaboradores inmediatos, les aconsejó que nunca pusieran juntos un resultado y una fecha, porque siempre habría alguien esperando que llegue ese día para enrostrarles no haber producido el resultado prometido. Por lo tanto, agregó, “¿para qué repartir munición gratuita?”. El comentario pone descarnadamente de manifiesto el valor de la información como fuente de poder: “repartir” información equivale a dilapidarlo. Por eso, los gobiernos, por lo general, optan por el ocultamiento, el secreto y la manipulación de datos como forma de mantener su poder (Oszlak, 2013: 1).

 

A cuatro meses, aproximadamente, de haberme alejado de la función pública, el primer párrafo del libro “Gobierno abierto” de Oscar Oszlak, me produce una sonrisa inquietante, -¿Cuanta munición habré repartido durante cuatro años de gestión municipal? Lo cierto es que cualquier profesional que haya ejercido alguna función en el Estado, conoce -o se imagina- los entretelones del manejo de la información[1] y en algún momento ha repartido municiones.

Como en toda institución jerárquica y vertical, el poder en la institución pública se centraliza en los niveles más altos de la organización, sin embargo, los mandos medios, los técnicos operativos y los de apoyo, tienen acceso parcial y diferenciado a la información debido a la circulación necesaria de la documentación escrita. Los técnicos revisan y elaboran informes; los secretarios reciben y archivan documentos; los mensajeros transportan y entregan documentación. Todos tuvimos en algún momento información relevante que fue objeto de ocultamiento y en algún momento también pudimos generar filtraciones.

 

En este pequeño texto intentaré explicar, porqué se producen estas filtraciones y cómo se podría gestionar de manera más efectiva la información para establecer niveles aceptables de gobernanza. Para ello utilizaré casos y ejemplos de mi experiencia como director de transporte público del municipio de El Alto y como asesor y responsable del relacionamiento con el sector de chóferes del transporte público en la Secretaría Municipal de Movilidad del municipio de La Paz, entre febrero del 2016 a junio del 2020 (un año en el municipio de El Alto y tres en La Paz).

 

 

 

Fotografía. Carmin Dübrelka

 

1. “El que mucho explica se complica”


Escuche esta frase por primera vez en el municipio de El Alto, mientras elaboraba la respuesta a una petición de informe del Concejo Municipal. “El que mucho explica se complica” me dijo el coordinador de mi dirección, haciendo referencia a que no debería incluir tanta información como yo pretendía, sino la estrictamente necesaria. Semanas después, el Concejo Municipal de El Alto demandó a la Secretaría Municipal de Movilidad Urbana Sostenible (SMMUS) un informe oral con dos temas preponderantes: 1) la evaluación del funcionamiento del “Wayna Bus”, que se encontraba bajo mi dirección y; 2) la evaluación de las medidas de ordenamiento de tráfico implementadas en la zona de la “Ceja”[2]. Para aquella sesión oral mi Dirección preparó la información completa acerca del funcionamiento del Wayna Bus, que había “nacido” con varios problemas técnicos, pero que para aquella fecha se encontraba en funcionamiento en dos rutas de transporte (la ruta circular y la ruta cruce ventilla) con un 80% por ciento de la flota operable.

La principal pregunta que se hacían los concejales era si el sistema de transporte municipal podría ser sostenible con  ingresos propios. El Secretario Municipal de Movilidad Urbana Sostenible, pudo explicar claramente, con la información que habíamos preparado, que el sistema de transporte público demandaría una subvención del municipio durante un largo tiempo, debido a que los ingresos recaudados sólo alcanzaban a cubrir el 60% de los costos operativos, pese a tener un promedio de ocupación de un 70% de los buses, lo que significa que había un buen número de personas utilizando diariamente este servicio. De igual manera, se puso en evidencia que la anhelada “sostenibilidad” se podría alcanzar con un incremento tarifario pero esto incrementaría el porcentaje de ingresos que gastan las familias alteñas diariamente en transporte, denotando que la subvención no es al sistema de transporte o a un grupo de burócratas ineficientes, sino a la población que utilizaba diariamente el servicio, unas 18.000 personas por día en aquella época.

En el caso del municipio de La Paz y del Pumakatari, parte de esta información fue ventilada por dirigentes de la Federación Departamental de Chóferes 1ro de Mayo de La Paz, quienes hicieron incidencia de forma maliciosa en los salarios del Director y del Gerente del servicio, alegando que la subvención no beneficiaba a la población sino al entorno del Alcalde paceño.

Este resumido ejemplo me permite subrayar la importancia que tiene la gestión oportuna de la información. Por mucho esfuerzo que las autoridades políticas en gestión hagan por ocultar información “delicada”, existen canales formales e informales que filtrarán dicha información, con el peligro de que sea presentada a la opinión pública de manera tergiversada.

2. “Veo un chaleco amarillo y me dan ganas de pegarle”

Fue lo que me dijo un conductor de transporte público en una de las primeras capacitaciones que brindaba el municipio de La Paz a conductores de este rubro.

Los funcionarios del municipio de La Paz se identifican con un chaleco amarillo desde hace ya varios años, y han sabido destacar en varias actividades de la institución edil, sin embargo, en el 2016 habían sido enviados a las calles para poner orden al transporte público de la ciudad, controlando el cumplimiento de sus rutas, la identificación del recorrido, el cobro de la tarifa establecida, etc. Aquella gestión no guarda buenos recuerdos para funcionarios del municipio ni para choferes del transporte público.

Fotografía. Carmin Dübrelka

 

La tarea del municipio en el 2017 era la de establecer un mejor relacionamiento con el sector del transporte debido a que se tornaba inviable a inicios de la gestión. Razón por la cual se propuso a los dirigentes del transporte acudir a cursos de capacitación y conmutar sanciones emitidas por la institución. Propuesta que no fue bien recibida de inicio pero que fue aceptada finalmente.

 

En este contexto, el contenido de las capacitaciones dirigidas a los transportistas debería de cumplir algunos criterios mínimos: 1) acudir a conocimientos formados previamente por los transportistas para generar nuevos aprendizajes, interpelándolos respecto a su realidad económica y generar una reflexión en torno a las alternativas de mejora, 2) escuchar las sugerencias, críticas, recomendaciones o insultos que ellos tuvieran, ya que esto nos permitiría la catarsis de los conductores (generalmente se daba al inicio de la sesión) y 3) transmitir información real, oportuna y demandada por los asistentes respecto a las funciones, la planificación y los objetivos de la administración municipal con el objetivo de establecer una relación funcional entre los transportistas y la institución.  

El contenido de los cursos era, en sí mismo, un bloque depurado de información estratégica que tocaba temas de interés, como ser: Cálculo del costo de operación vehicular, cálculo del índice de pasajeros por kilómetro, incidencia de estos indicadores en el ajuste tarifario realizado por el municipio de La Paz en el 2016, planificación de rutas de transporte público, reducción de costos de operación, experiencias destacadas en otros países, entre muchos otros. Las reflexiones o debates en los cuales derivaban las capacitaciones tocaban temas como: Subvención del PumaKatari, posibilidades de subvención en el transporte sindicalizado, denuncias de corrupción al interior del municipio para el trámite de rutas, denuncias corrupción al interior de la estructura dirigencial de transportistas para el trámite de rutas, politización del tema de transporte en las gestiones municipales, entre otros.

A lo largo de las 4 horas que duraba la capacitación, como facilitador me tocaba transmitir esta información y no esquivar el debate respecto a ningún tema relacionado, debía expresar la posición de la institución a la que representaba pero también debía dejar clara mi opinión personal. La función del facilitador era establecer puentes de relacionamiento y, en la medida de lo posible, generar lazos de confianza, por lo cual el facilitador no podía soslayar algún tema de interés, deberían debatirse todos y con la claridad de información suficiente para mostrar una figura transparente.

Para finales del 2017, se habían capacitado cerca de 3.000 conductores, para finales del 2018 se habían capacitado a más de 7.000 conductores en 3 módulos y para finales del 2019 se llegaron a capacitar más de 11.000 conductores. Los puentes de relacionamiento se restablecieron, en mayor medida con los afiliados de base que con los dirigentes de la Federación Departamental de Chóferes 1ro de Mayo de La Paz. La relación con algunos operadores de transporte llegó al punto de confianza en la cual la Secretaría Municipal de Movilidad presentó propuestas de proyectos piloto para la modernización del servicio y se trabajó en ellas a lo largo del 2018 y 2019, planteando alternativas de recambio de vehículos, modelos de gestión, reordenamiento de rutas, entre otras, que lamentablemente no se ejecutarán en esta gestión municipal debido a la distorsión que ha causado la pandemia en las políticas públicas y el poco tiempo restante.    

3. A manera de conclusión

La información resulta ser uno de los recursos de poder más importantes para establecer mejores condiciones de gobernanza en los niveles sub nacionales, donde se tiene relación directa con las organizaciones sociales que conviven en el territorio. Si se gestiona este recurso a través de los canales adecuados, la transmisión de información no implicará “regalar municiones” como parece ser la opinión generalizada, sino permitirá incrementar la legitimidad de la gestión para poder aplicar las políticas públicas deseadas. Este no es un logro menor en una ciudad como La Paz o El Alto, donde la gestión pública está acechada y los “burócratas” deben tener buen quiebre de cintura para sortear los conflictos.

Transmitir información real, de manera clara y oportuna, en diferentes sectores de la sociedad pero también a diferentes niveles, supone un costo importante de recursos, pero en mi experiencia, brinda la legitimidad necesaria para lograr las transformaciones que la población requiere y demanda.   

Luis Victor Alemán Vargas

Fotografías. Carmin Dübrelka 

 

Bibliografía:

OSZLAK Oscar. Gobierno abierto: hacia un nuevo paradigma de gestión pública. Red de Gobierno Electrónico de América Latina y el Caribe-Red GEALC, 2013.

 

[1] Es pertinente recordar que el Concejo de El Alto está conformado por seis concejalías, de los cuales tres correspondían a Unidad Nacional, dos al Movimiento al Socialismo y uno a Soberanía y Libertad, este último concejal fue el más interesado en temas de movilidad y transporte en la gestión 2015-2020.

[2] Entendida como el conocimiento experto o la disponibilidad de datos no conocidos por otros, que ofrece una capacidad diferencial a quien la posee, para decidir o actuar.

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