COMO ESTA SEÑOR DIC.
- Oscar ya terminaste de almorzar?. Pregunto su padre. Y este. – Claro, no ves que ya está el plato vació huevon, o crees que me voy a comer la vajilla más. Pensó, pero respondió. - Si ya termine. No necesitó agregar "por qué" al final de la frase pues ya sabia el porque. – Bueno entonces ve a buscar a tu madre, quieres hijo. – no, no quiero maldita sea. Pero eso también quedo solo en su mente, pues como siempre – si ya voy. Respondió Oscar.
Aclaro; Oscar tenía 14 años y era el menor de dos hermanos. Jessica era su hermana mayor, esta tenia 18 años y era… se podría decir bastante popular, pero eso no viene al caso. La cuestión es que Oscar formaba parte de una familia clase media tradicional cuyo padre era funcionario público y cuya madre llevaba 15 años trabajando como secretaria de uno de los gerentes del banco Central.
Casi todos los días, desde que tenía uso de razón, Oscar por pedido de su padre iba a buscar a su madre a su trabajo, por eso Oscar ya era más conocido que Condorito en dicho banco, por lo cual éste pensaba que su padre, con mencionado hábito, tenía planeado asegurarle trabajo ahí para su futuro.
- Como está señor Dic. – Bien hijo y como estas tú. Oscar siempre se preguntaba, a pesar de saber que los adultos son asi medio rayados, por qué el señor Dic le trataba tan amablemente, bueno, no se lo preguntaba así exactamente, mas bien era algo como “que mierda tiene este cojudo conmigo, le gusto o que”. – ¿Mi mamá sigue en la oficina? - Si asi es. Respondió el señor Dic. – Y por que esta saliendo tan temprano hoy, vago de mierda. La última parte de la frase no alcanzo a salir de su boca. – Porque tengo una reunión con el presidente. – Ah bueno, Dios quiera que vaya a salir vivo de ahí. Dijo Oscar. – ¿Por que dices eso hijo?. Pregunto el señor Dic. – Porque Goni es un hijo de… Aquí debo aclarar que en el momento que Oscar pensó esto, porque obviamente tampoco lo dijo, las putas aun no habían aclarado la cuestión de la maternidad de Goni. – No por nada. – Ah… bueno. Dijo el señor Dic, pero con un tono de haber querido decir “pinché mocoso atrevido, aun no se sabe limpiar la nariz y ya viene con sus indirectas políticas, insolente". Entonces luego del momento de silencio, a causa de lo dicho por Oscar, que llevo al señor Dic a reflexionar sobre el futuro de Bolivia (un segundo exactamente), se despidieron. – Hasta luego hi… Oscar. – Hasta luego señor Dic.
Luego de superflua conversación, subió al piso donde trabajaba su madre, pero antes de llegar donde ella debía atravesar primero por donde una sarta de gente que incluía a Marla, que era la otra razón por la cual creía que su padre lo hacia ir a buscar a su madre, ya que Marla era la mujer con la que cualquier hombre quisiera perder su virginidad, incluyendo a los que ya no lo eran (viéndolo asi, se notaba que el padre de Oscar quería lo mejor para su hijo, el problema era que Oscar aun tenia por lo menos la mitad del cerebro en la cabeza, y dicha idea no le interesaba mucho aun. Claro que en un año más esa mitad también se le bajaría). Marla lo trataba muy cariñosamente lo cual provocaba al resto del personal querer volver a tener 14 años, exceptuando a Jorge que era homosexual. – Hola cariño, como estas. – Bien… bien. Por alguna razón Oscar nunca le decía nada más a Marla. – Tu mamita esta allá esperándote. – Yo diría que tu mamita esta aquí (ese fue el comentario de uno de los usuales estupidos que nunca faltan). Gracias le dijo Oscar a Marla, mientras ésta hermosamente se despedía de él e insultaba al estupido del comentario.
- Hola mamá. – Hola hijo, esperame un segundo, ordeno aquí y nos vamos si. Dijo su madre. Mientras ésta ordenaba Oscar aprovecho para preguntarle antes de olvidarse. – Mamá. – Si. – Te puedo hacer una pregunta que se me acaba de ocurrir. – ¿Que?, quieres saber por que Jorge se porta tan raro. – ¡No!, eso ya lo se. – Entonces que es. – Es que quisiera saber por que el señor Dic me trata tan bien y me dice hijo y toda la cosa. – Yo supongo que es porque te aprecia y te conoce desde hace años, además que los adultos, sabes que suelen hablarle asi a los niños. - Si bueno debe ser. - Por que la pregunta. - Porque me preocupa que el tipo sea un pedofilo y me quiera agarrar. Era que eso si se lo dijera pero no. - No por nada. - Ah bueno. Concluyo la madre.
Por iniciativa de su madre, Oscar debía ir a pasar clases extras de química en su escuela los martes por la tarde. Uno de esos martes al llegar éste al colegio se encontró con el maravilloso, el fantástico y supercaligrafilistico anuncio de que el profesor no iba a asistir debido a que estaba enfermo. En vista de esto Oscar decidió cumplir con su deber adquirido de ir a buscar a su madre, además de porque todos sus amigos ya se habían ido antes de que el llegara y solo se había quedado Dennis, pero el problema era que Dennis era un pesado, por no decirle de otra manera, ósea era ese niño al que ha nadie le cae porque siempre repite las bromas gastadas de alguien mas y se ríe a destiempo, ósea que sigue riéndose cuando todos los demás ya han cambiado de tema, por lo cual Oscar prefirió decirle, para no herir sus sentimientos, que no era que no quisiera quedarse con el, sino que debía ir a buscar a su madre. Pero Dennis como son todos los niños pesados le dijo - vamos, te acompaño hasta ahí. Y aunque Oscar penso en empujarlo contra el primer auto que pasara, ni modo le toco decirle que bueno.
Al llegar Oscar al correspondiente piso del banco noto que todos estaban, inusualmente, bastante ocupados, así que entro desapercibidamente. Al llegar al escritorio de su madre ésta no estaba, por lo cual decidió entrar a preguntarle a su jefe por ella. Al abrir la puerta vio que su madre estaba en plena, podríamos decirle, interacción simbólica con su jefe, y dicha interacción estaba cargada de símbolos sexuales, por lo cual (y gracias a que ambos estaban en una posición y en una concentración que les impidió darse cuenta de que los habían visto) decidió cerrar la puerta e irse sin que nadie notara su presencia.
De camino a su casa medito sobre la situación, y penso primero en que si esa era una de las funciones que debía de cumplir una secretaria, y aunque a veces suele ser, no es una función escrita en los reglamentos, y eso él lo sabia bien ya que una vez esperando a su madre le dieron a leer el reglamento interno de los funcionarios del banco para que no se aburriera y en ninguna parte recordó que dijera que las secretarias debían tener sexo con sus jefes.
Al llegar su madre a casa, Oscar era él único que se encontraba, así que éste aprovecho el momento para hablarle. - Mamá sé que debes estar cansada por tu trabajo, pero quisiera preguntarte algo. - Dime. - ¿Le eres infiel a mi papá?. - ¡Que!, no, de donde sacas eso. - Bueno es que no tuve clases de química, así que decidí ir a buscarte, entonces vi que estabas teniendo sexo con el señor Dic. - Ahhh... diablos... bueno pero... no le soy infiel a tu padre. - Como que no, si te vi, no te hagas. Aquí igual Oscar penso decir otra cosa que no dijo, pero esta vez prefiero no repetirla. - Espera déjame explicarte, recuerdas la pregunta que me hiciste sobre el señor Dic en mi oficina. - Si, pero eso que tiene que ver. - Bueno, ahí está la verdadera respuesta, yo no le soy infiel a tu padre. Y luego de un momento de pensarlo Oscar se dio cuenta. - Mierda, por eso es que el señor Dic me dice hijo, y yo que pensaba que el tipo era pedofilo.- Oye, ten cuidado. No te expreses así de tu padre.